La asociación Woods Up e.V., con sede en Potsdam, ha completado este año su primer proyecto de reforestación en Hafnarsandur (Islandia). Juntos, 10 voluntarios plantaron 35.000 árboles, con lo que el número total de árboles plantados desde 2020 asciende a más de 100.000. Las condiciones fueron duras y se caracterizaron por fuertes lluvias, vientos huracanados y temperaturas frescas. No obstante, en ocho días se plantaron un total de 35.000 árboles. La asociación lleva trabajando en Islandia desde 2020 y ya ha podido plantar más de 100.000 álamos, sauces, abedules, serbales, píceas de Sitka y pinos costeros en una superficie de unas 100 hectáreas gracias a las donaciones. Las zonas plantadas son terrenos baldíos hasta ahora inutilizados, por lo que no se trata simplemente de reconvertir bosques existentes, sino de crear realmente zonas forestales adicionales. La asociación también trabaja en Islandia, donde es posible recultivar grandes superficies con un presupuesto muy reducido y sin trabas burocráticas. El hecho de que no sea necesario vallar ni regar debido a la regularidad de las precipitaciones es especialmente ventajoso. Además, en Islandia no hay que comprar la tierra, sino que sigue siendo de propiedad pública, lo que garantiza el mantenimiento del vínculo social a largo plazo. La sociedad islandesa está muy interesada en apoyar la reforestación para alcanzar los objetivos de protección del clima, detener la erosión del suelo y aumentar la biodiversidad. La asociación también puede aprovechar la experiencia de los científicos forestales islandeses, que llevan décadas investigando qué especies de árboles prosperan en la isla. La picea de Sitka, por ejemplo, ha demostrado su valía y ahora alcanza allí alturas de hasta 30 metros. En Alemania, en cambio, se sigue experimentando para averiguar qué especies arbóreas podrían sobrevivir en el futuro, y también hay enormes obstáculos y retos en los proyectos de reforestación doméstica. Además de la realización de un bosque diminuto en la zona de la ciudad de Potsdam, WoodsUp está planeando otro proyecto en Islandia para otoño, que podría plantar otros 15.000 árboles. La asociación espera que los 7.500 euros necesarios para ello procedan de donaciones. El equipo de plantación también ha seguido desde lejos el actual debate sobre la demolición del Staudenhof y ha observado con disgusto que la ciudad de Potsdam se aferra a su brutal política de construcción, perjudicial para el clima. Los telones de fondo historicistas parecen ser más importantes que la declarada emergencia climática.